(Publicado por Aaron Harris, socio de Y Combinator responsable de la Serie A)
“Búscate un maestro, haz un amigo y juzga a todos desde el mejor lado”
- Pirkei Avot
Recientemente anunciamos el lanzamiento de una nueva versión de Startup School . Como parte de esto, hemos creado una biblioteca de los mejores consejos que hemos escrito en el pasado. Esta es una colección muy sólida que me hizo pensar en la naturaleza de lo que llamamos consejo. Específicamente, reflexioné sobre la pregunta a la que se enfrentan los fundadores: ¿Qué hacer con tantos consejos?
A primera vista, esto no supone ningún problema. Hace una década, había bastantes pautas de calidad para los fundadores de startups. Hubo algunos ensayos excelentes de Paul Graham y Mark Andreesseny hubo algunos malos consejos. La oportunidad de consultar con alguien en persona era aún más escasa. Simplemente, no había muchas personas que lanzaron startups en el pasado reciente, o que pudieran brindarles a las startups en etapa inicial acceso fácil a alguien más experimentado.
El rápido crecimiento del ecosistema de financiación de empresas emergentes ha cambiado esta dinámica. Ahora hay cientos e incluso miles de personas con al menos algo de experiencia en startups. La mayoría de ellos están dispuestos a ayudar / dar consejos a varias personas que les preguntarán al respecto. Esto es tanto una gran bendición como un flagelo de la industria de las startups.
En el primer caso, un gran grupo de personas ayudándose entre sí es indudablemente positivo. Aquellos que quieren iniciar una startup obtienen más conexiones, conocimientos y recursos para esto, y lo hacen más rápido. El flagelo es que hay demasiados lugares a los que puede acudir en busca de consejo y ayuda.
Aprox. per.: Adviser (asesor) es una expresión establecida en el entorno de las startups, literalmente traducida como asesor, consultor.
Cuando el fundador de una startup puede recurrir a numerosas fuentes en busca de consejo y ayuda, se vuelve más fácil para él retrasar la toma de decisiones, justificándolo con el argumento racional de que solo está tratando de hacerlo "bien" desde el principio. Esto es peligroso por dos razones. Primero, el principal enemigo de una startup es el tiempo. Es mejor tomar una mala decisión y pensar iterativamente en algo mejor que pasar mucho tiempo tratando de tomar la decisión perfecta y luego descubrir que no es del todo correcta.
Al trabajar con startups, he descubierto que los buenos fundadores suelen tener una idea clara de lo que quieren hacer antes de hacer preguntas. Se extravían cuando intentan evitar una decisión equivocada, recurren a diferentes personas en busca de confirmación de una idea en particular. En YC llamamos a esto "buscar consejos" y, por lo general, termina con un largo período sin que suceda nada, o la frustración de los fundadores de que nadie apoya lo que quieren hacer. Lo mejor que puede hacer un fundador es a) escuchar al primer asesor y cambiar de rumbo, ob) intentar hacer lo que se planeó según lo previsto y ver cómo va. Comprender esto significa aceptar el hecho de que lo más probable es que cualquier decisión que tomes como fundador de una startup, sin importar cuán buenos consejos puedas tener, será,muy probablemente mal. Parece contradictorio porque esperamos que los asesores sepan mucho y den los consejos adecuados. Sin embargo, ningún asesor puede sumergirse en todo el contexto de su negocio, por lo que, en el mejor de los casos, obtendrá pautas generales o marcos para pensar en los problemas.
"Búscate un maestro" es una cita de Mishna que es el núcleo de la ley oral del judaísmo. La idea es que existen muchas fuentes de opiniones a seguir y muchos expertos a los que consultar en pos de su objetivo. Sin embargo, la clave del éxito es encontrar un solo experto y aceptar que es la única persona a la que consulta, que es la persona a la que recurre en busca de asesoramiento y orientación.
Para un fundador, esto significa que este asesor solo será una fuente de información y conocimiento, alimentando su pensamiento, y no alguien que tomará decisiones por usted. Elegir solo un asesor también significa que no obtendrá todos los puntos de vista posibles sobre un tema, pero ese nunca debería ser el objetivo al recibir asesoramiento en un negocio. El objetivo es encontrar a alguien que desafíe su forma de pensar y mejore sus perspectivas sin obligarlo a hacer exactamente lo que haría. Esto significa aceptar el hecho de que esta persona no siempre tiene una buena respuesta para ti, a veces no estará disponible para nada e incluso puede darte malos consejos.
Los fundadores que buscan la excelencia en sus asesores persiguen ideales imposibles. Ningún inversor o asesor que he conocido es perfecto o cercano. La fortaleza de los mejores asesores radica en su capacidad para pensar en ideas nuevas y complejas con una clara conciencia de su propia subjetividad. Estas personas admiten que no saben algo, evitan dar consejos excesivamente prescriptivos, saben escuchar y anhelan nuevos conocimientos. Quizás lo más importante de los mejores asesores es su optimismo inquebrantable sobre su potencial y su negocio. Encuentre un maestro que tenga estas cualidades y que sepa cuándo dejar de escucharlas.
Traducción: Lyova Pyzhov
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