Colonialismo digital

Todos sabemos que el "cyberpunk" es una distopía, en la que el declive de la cultura humana se produce en el contexto del progreso tecnológico en la era de la informática. Los tiempos del coronavirus llevaron el término "campo de concentración digital" a la jerga pública. Al mismo tiempo, el término “colonialismo digital” no se escucha en absoluto, y ahora mismo existe en la mayoría de los países africanos.







África es un mercado extremadamente prometedor, tanto en términos de recursos naturales como en términos de perspectivas de crecimiento económico. Es un continente enorme, con una población mayor que las dos Américas juntas, y si se aborda el tema de la salud y la seguridad alimentaria, África enfrentará una explosión demográfica. Me gustaría enfatizar que los habitantes de África son una población muy joven y completamente no consentida (en todos los sentidos).



La transformación digital de esta región avanza a pasos agigantados. Ni siquiera estoy hablando depenetración banal de las redes sociales, servicios de taxi o el uso de mensajería instantánea para organizar protestas (ver enlaces a continuación). La política de las corporaciones de TI es interesante en sí misma: por ejemplo, Facebook planea invertir en la infraestructura de Internet de África, y Uber ya lanzó la billetera Uber, este sustituto del dinero (ver enlaces a continuación). Las corporaciones de TI estadounidenses, chinas, indias e incluso rusas están capturando activamente los mercados de este continente, lo que no es nada nuevo.



Otra cosa es digna de mención: África, en general, no tiene su propio mercado de TI sólido, por lo que no tiene nada que oponerse a la expansión de TI en el extranjero. Resulta que, por un lado, la implementación de soluciones de TI mejora la calidad de vida de la población africana (lo cual es un beneficio indudable), sin embargo, por otro lado, el sector real de la economía es cada vez más dependiente de empresas extranjeras - proveedores de TI. Como resultado, los gigantes tecnológicos primero tienen la oportunidad, luego el deseo y, en última instancia, la necesidad de utilizar esta dependencia, esta palanca de control, para ajustar el curso económico y político del país.



Imagínese por un minuto lo que sucedería si Yandex.Taxi, Uber y todas las demás aplicaciones de pedidos de taxis se apagaran en Rusia al mismo tiempo. ¿Qué pasa si todos los mensajeros instantáneos dejan de funcionar al mismo tiempo y solo los SMS siguen funcionando? ¿Qué pasa si todos los sistemas de pago se apagan a la vez? Para mí, personalmente, se dibujan perspectivas aterradoras. Es bueno que tal escenario no sea técnicamente posible en Rusia, pero estamos hablando de África.



En este ensayo, no me gustaría proceder a conclusiones y pronósticos, y, tal vez, me limitaré a una afirmación del hecho: el colonialismo digital es la realidad del siglo XXI. Dejemos que este pensamiento sea alimento para el pensamiento.



ps: Describí deliberadamente la situación en blanco y negro, porque en realidad todo es más complicado. Por ejemplo, los gigantes tecnológicos compiten entre sí por los mercados y la influencia, por lo que los países africanos tienen cierto margen de maniobra. Al mismo tiempo, existen en la misma medida en que en los viejos tiempos hubo una oportunidad de dejar de ser una colonia de Francia, pasando bajo el protectorado de Inglaterra.



Enlaces:



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